
Generar un hábito es una tarea compleja. Sobre todo cuando ya se alcanza la juventud y la adultez.. Un hábito puede definirse como un conjunto de comportamientos que se practican con mucha frecuencia y que, gracias a esto, se tornan casi automáticos. Imagínense cúan engorroso sería llevar a cabo el acto de alimentarse si tuvieramos que repasar en cada momento los pasos a seguir: masticación-deglución-ventilación. Nuestro cerebro – por suerte – economiza información y recursos. De esta manera, generamos un hábito de alimentación que tiene ciertos comportamientos o conductas absolutamente automatizadas. Y así, nuestro cerebro puede utilizar los recursos disponibles para tareas de mayor valor intelectual.
En la generación de un hábito intervienen muchos sistemas de aprendizaje y de memoria. Por esta razón es que , sea la edad que fuera, puede aprenderse.
Generar un correcto hábito de estudio es esencial para la concreción de las metas u objetivos académicos. No existen recetas mágicas. Requiere aprendizaje y frecuencia. Esto quiere decir que debe haber una conducta deliberada(voluntaria) al principio. Y esta conducta debe repetirse bastante hasta fijarse como hábito.
Pensemos en el andar en bicicleta. Al principio, cuando se produjo el aprendizaje, necesitamos repasar muchas veces los pasos para concretar la actividad. Esto es: colocar los pies en los pedales, estabilizar el centro gravitatorio, emprender el primer pedaleo prestando atención a mantener el equilibrio, aprender que dicho equilibrio se mantiene en movimiento y coordinar la vista con la acción motora para prestar atención a los obstáculos y peligros. Nótese como esta tarea que se realiza en forma automática gracias a nuestra memoria procedimental, resulta ser extremadamente compleja si se desglosa en sus componentes específicos.
Es increíble el ahorro de energía y recursos que nuestra mente logra cuando se consolida un hábito.
Hay dos aspectos fundamentales para generar un correcto y saludable hábito de estudio :el espacio de estudio y el tiempo de estudio.
El espacio de estudio
Idealmente el espacio de estudio debe ser siempre el mismo y debe reunir una serie de características que se describen a continuación:
1. Poseer una mesa de altura normal y amplia para poder disponer de todo el material de estudio y de una computadora.
2. Organizadores o estantes: es ideal contar con estantes, cajas u organizadores de cualquier tipo que permitan acomodar los libros, apuntes y cuadernos que necesitemos tener a mano para nuestro estudio.
3. Silla de estudio cómoda: preferentemente con altura regulable, que permita el apoyo de los pies en el suelo. Es conveniente que tenga un respaldo acolchado para evitar la tensión y el cansancio muscular.
4. Pizarra blanca y marcadores para pizarra Esta puede servir para anotar fechas importantes, conceptos importantes y para realizar recitaciones orales mientras estudiamos.
5. Pizarra de corcho en esta pueden pegarse carteles con fechas importantes y así dejar reservada la pizarra blanca para conceptos importantes y para las recitaciones orales(exposiciones) en el estudio.
6. Temperatura agradable se aconseja una temperatura de 20 a 24º C para mantener el confort durante el estudio
7. Iluminación: se aconseja aprovechar la luz natural para el estudio y disponer de iluminación artificial orientada siempre del lado opuesto al que se escribe. Si se es diestro ubicabar la lámpara del lado izquierdo y si se es zurdo, del lado derecho.
8. Espacio sin distractores: el espacio de estudio debe ser un santuario de concentración. Debe estar libre de los distractores más habituales: interrupciones, celular, televisión, entre otros.
9. La música instrumental o el ruido blanco son adecuados para el estudio. Debe ser música relajante instrumental o ruido blanco(viento, cascada, etc. ) pero a un volumen bajo. Bajo ningún punto de vista estudiar con la tv encendida o con música con letra a volumen elevado. Si bien hay alumnos que especifican que estudian mejor con la tv encendida, esto no es lo mayoritario. Y en general son alumnos que no saben el potencial de estudio que pierden al estudiar con estos distractores.
Estas son las condiciones ideales que un espacio de estudio debe reunir. Pero, ¿esto significa que si no contamos con estos recursos será imposible adoptar buenos hábitos de estudio? Bajo ningún punto de vista. Se trata de un espacio ideal al que cualquier estudiante debería poder acceder. En el caso de que nuestros recursos no permitan un espacio con todas estas características, deberemos adaptar nuestros recursos a estas condiciones ideales. Si no tenemos una mesa, podemos armar una mesa rebatible con alguna tabla de madera fijada a la pared; si no disponemos de una silla comoda, podemos ingeniarnos con almohadones y frazadas para lograr un confort aceptable; los estantes pueden armarse con tablones y ladrillos o directamente usar organizadores caseros como cajas; si hay gente pasando y caminando por nuestro ambiente de estudio, y es imposible pedir silencio y respeto, podemos usar auriculares aislantes de sonido o auriculares comunes con la música instrumental o el ruido blanco mencionados.
Si no es posible realizar ninguna adaptación de nuestro espacio a las condiciones ideales, podemos usar la biblioteca de nuestro barrio o ciudad. Generalmente cuentan con salas silenciosas que son verdaderos santuarios para el estudio. Muchos estudiantes poseen un espacio adecuado, pero aún así prefieren el uso de la biblioteca. Esto tiene sentido: ver a mucha gente estudiando y concentrada puede ser una excelente motivación para comenzar el estudio.
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